Mantener una correcta higiene y hábitos bucodentales desde edades tempranas es fundamental para tener una buena salud bucodental de adulto. Para ello, es importante conocer los cuidados dentales que corresponden a cada momento del niño, las visitas periódicas al dentista desde los 6-7 años, la alimentación y, por supuesto, del papel de los padres o tutores en inculcar hábitos saludables a los más pequeños.
En el quinto mes de las #10razonesparairatudentista del Colegio Oficial de Dentistas de Sevilla, el Dr. Gómez, colegiado n.º 41002015, nos da algunos consejos para ello. Atento al siguiente vídeo.
La caries y la gingivitis son las afecciones bucales más comunes en la infancia y una correcta higiene, así como revisiones periódicas al odontopediatra, pueden ser formas de prevenirlo. Para ello, debemos inculcar a los más pequeños la importancia de cuidar nuestros dientes y también de la figura del dentista como un profesional que nos ayuda a mantener una buena salud bucodental al que no hay que tener miedo.
Desde que les empiezan a salir los primeros dientes a los niños, entre 0 y 1 año, ya debemos seguir unos cuidados como limpiar suavemente la encía con una gasa húmeda, empezar a usar cepillo pediátrico desde la erupción del primer diente o no dejar al bebé con el biberón en la boca durante la noche son algunas de ellas. Por supuesto, se recomienda comenzar con las visitas al dentista cuando el bebé cumpla un año.
De 1 a 3 años, los cuidados deben mantenerse, cepillando los dientes dos veces al día con muy poca cantidad de pasta dental fluorada (equivalente a un grano de arroz) con 1.000 ppm, a partir del primer año empezar a enseñarle a beber en vaso o retirar el chupete entre los 2 y los 3 años.
Cuando el pequeño tiene entre 4 y 6 años los hábitos de limpieza bucodental deben seguir, con el cepillado diario con pasta fluorada equivalente al tamaño de un guisante, aumentando la concentración a la de un adulto (1.200-1.400 ppm), sumado a una alimentación saludable evitando el consumo de azúcares entre comidas y antes de dormir. Mientras que en la etapa de 7 a 10 años el pequeño de la casa ya podría comenzar a cepillarse los dientes solo, manteniendo la pasta fluorada equivalente al tamaño de un garbanzo, con supervisión de un adulto. Deben mantenerse las visitas al dentista de forma periódica y consultar con el profesional acerca de los selladores, el barniz de flúor y la necesidad de usar protectores bucales si el pequeño practica algún deporte.
Debemos tener en cuenta que una afección dental como una caries puede tener un impacto negativo en:
- La salud general, ya que guarda relación con enfermedades como la diabetes.
- El rendimiento escolar, pudiendo perder días de colegio debido a dolores dentales.
- La vida familiar, en consecuencia de la pérdida de días de colegio, los padres pueden perder horas de trabajo, sumado al incremento en el coste de los tratamientos dentales que deban llevar a cabo.
Una de las mejores formas para que los más pequeños de la casa mantengan hábitos de higiene bucodentales es que lo vean en casa diariamente. Los padres/tutores son uno de los reflejos que los niños tienen y suelen adquirir hábitos por imitación. Por tanto, pueden ser un buen ejemplo de mantener un correcto cepillado y normalizar la visita frecuente al dentista.
Te damos algunos trucos para que el hábito de la limpieza bucodental diaria sea adecuada y fácil de inculcar en los más pequeños:
- Incluidlo como uno de los pasos a seguir en las tareas diarias. Por la mañana, levantarse, vestirse, desayunar y lavarnos los dientes por la mañana. Igual por la noche, cenar, ponernos el pijama, lavarnos los dientes y leer un cuento.
- Hacedlo juntos. Si estas tareas las hacemos en familia es mucho más fácil que los más pequeños lo tomen como tareas diarias que debemos hacer todos y no olvidar.
- Utilizad canciones o juegos para aprender a cepillarse lo dientes correctamente. Esto permitirá que no olvide ninguna zona de la boca y lo haga durante el tiempo correcto.
- Recuérdale la importancia de llevar una buena alimentación para tener una buena salud bucodental. Es preferible no hacerlo desde el miedo resaltando las consecuencias negativas en la boca o el dolor que pueden pasar, sino inculcar la importancia de una alimentación equilibrada para estar sanos y fuertes.
Pero además de mantener unos buenos hábitos de higiene, los más pequeños pueden sufrir la caída de un diente por traumatismo. ¿Qué debemos hacer? Ante todo mantener la calma y transmitirle calma y seguridad al niño. Debes saber que pueden darse dos casos: fracturas o luxaciones.
La fractura implica la rotura del diente a cualquier nivel. Si estamos ante un caso de fractura debemos buscar los trozos rotos y acudir al dentista inmediatamente para que realice el estudio y tratamiento adecuado.
La luxación implica que el diente se mueve dentro del hueso, sin llegar a salirse del todo, que sería una avulsión. En caso de luxación debemos actuar inmediatamente acudiendo a un dentista en el transcurso de la hora siguiente para recibir el tratamiento adecuado que puede ser la inmovilización del diente mediante una férula. Asimismo, al lavar el diente avulsionado, NO se debe frotar la raíz.
¿Y qué pasa si se sale el diente por completo? Localízalo y, si es un diente definitivo y se hace de manera inmediata al accidente, se puede volver a reinsertar. Para ello, lávalo bajo un chorro de agua sujetándolo por la corona. Una vez reinsertado, y mordiendo una gasa, acude al dentista. Si no sabes reinsertarlo, acude al dentista rápidamente con el diente en un vaso con leche o suero fisiológico.